Son 218 grabados que se presentarán hasta el 16 de febrero en la Fundación Cultural de Providencia.
Por Paula Valles
Llegó con una antigua prensa traída desde Francia y se instaló en una casa ubicada en Guardia Vieja 99, en la comuna de Providencia. Había pasado los últimos años en Estados Unidos y Francia, estudiando y trabajando en el Atelier 17 de grabado de Stanley William Hayter, pero cuando regresó a Chile en 1953, Nemesio Antúnez intentó implementar el grabado en las universidades, sin mayor éxito. Por eso decidió tomar otro camino: instalar un espacio exclusivo para la creación a través de la técnica del grabado. Lo llamó Taller 99.
En sus 62 años de existencia el espacio creado por Antúnez ha recibido a más de 500 personas entre aprendices y artistas consagrados, como Roser Bru, Gonzalo Cienfuegos, Rafael Munita, Eduardo Vilches, Irene Domínguez, entre otros. A su vez, se ha movido por diferentes lugares a lo largo de su historia. Ha tenido seis ubicaciones, cinco de ellas en la comuna de Providencia. Actualmente se encuentra en la calle Zañartu.
La historia del Taller 99 y algunas de las obras que ahí se realizaron se podrán conocer en la exposición Taller 99/Providencia: Transcurso de residencia (1965-2018), organizada por la Municipalidad de Providencia y la Corporación Cultural Taller 99 de Grabado Nemesio Antúnez. La muestra estará abierta al público desde hoy, hasta el 16 de febrero en la Fundación Cultural de Providencia.
La exposición reúne 218 grabados de distintas temáticas y que van desde 1956 hasta la actualidad. “El grabado es muy distinto a la pintura, porque ésta la trabajas solo en un taller. En cambio, esto es colectivo, tienes que compartir la prensa, por ejemplo. En el fondo son diálogos visuales muy interesantes que se generan”, comenta Isabel Cauas, presidenta de la Corporación Cultural Taller 99.
Cada uno de los trabajos de la muestra forman parte de las distintas carpetas colectivas que se han hecho en el taller. “Nosotros nos juntamos, y acordamos un tema en un formato. Se trabaja colectivamente, pero cada uno hace su imagen”, cuenta Cauas sobre el funcionamiento del espacio. Un sistema desarrollado desde la fundación del grupo, cuando trabajaban ahí Nemesio Antúnez, Roser Bru y Dinora Doudchitzky, y que se mantiene hasta el día de hoy.
Entre las carpetas que conforman la exposición se encuentra Trazos en el abismo (1992), trabajo donde se unió el grabado de los artistas y la poesía de Raúl Bruna para inspirar las 18 obras que la componen. Comenzó a trabajarse en 1989, cuando el taller se ubicaba en La Casa Larga de Carmen Waugh en Bellavista, y se concluyó una vez trasladado a la calle Melchor Concha y Toro, en 1992. Un año antes de la muerte de Nemesio Antúnez.
También hay trabajos en torno al autorretrato, recuerdos y vivencias infantiles. “Las estaciones, que es uno de los portafolios, se expuso la primera vez en París y después en Temuco, pero acá en Santiago nunca. Los autorretratos nunca los habíamos mostrado”, cuenta Cauas sobre las novedades.
En el marco de la exposición, también de presentó el libro Taller 99, memoria colectiva del grabado en Chile, de Paula Véliz y Patricia Andaur. Editado por Ediciones UC y Fundación Actual, el texto aborda la historia del taller desde la perspectiva de las carpetas colectivas.